sábado, junio 25, 2005

Rojo escarlata

Yo por aquel entonces era primeriza en ésto,pero había alguien que guiaba ese camino,yo iba de su mano,íbamos buscando al indicado...Cuando le ví entre la multitud supe quién sería mi víctima...
No dejaba de tentarme,de mirar mi escote,de morderse los labios...Al principio hasta me dió pena y pensé que no podría hacerlo...
Mi maestro me dió un pequeño empujón y me besó en los labios pasandome su astucia...
A medida que me iba acercando podía adivinar más facilmente su oculta anatomía.Tenía el pelo largo y oscuro y unos ojos azules como el mar rojo.
Le tenía delante,frente a frente y le ofrecí mi ginebra.No se lo pensó dos veces y bebió...estaba deseoso de saborear mis preciosos bucles rubios y pensó que se lo estaba poniendo muy fácil...Le besé el cuello y olfateé sus esquinas,llegué a sus labios y le besé,su legua atrapaba la mía y mis dientes cada vez estaban más excitados.Continuamente notaba en mi nuca la mirada espectante del meritorio orgulloso de su discípula que dejaba de lado por fin la inocencia...
Le conduje a un rincón,fuera de aquella gruta.Sus manos inquietas se empeñaban en recorrer todo mi cuerpo sin saber que aquella noche sería de los nuestros...
Acerqué mis dientes a su cuello de un párvulo cándido esperando a que cumpliera sus antojos más recónditos y lo hice,hundí mis colmillos en él y la sangre que succionaba se confundía con mis labios rojos,era deliciosa,sería el agua bendita que bebería pra toda la eternidad...
Mi pequeño sacrificado dió un leve quejido mientras se rendía a la imprecación a la que le sometía...
Sus ojos,cristalizados ya no me veían,noté una presencia detrás de mí y paré.Miré y pude ver su sonrísa inmortal a traves de mis ojos sin inocencia...
Volví con Luttin,mi amado,mi maestro,limpió la sangre de mis labios con los suyos y volvímos de vuelta al mausoleo...
-Pequeña mía...Estoy muy orgulloso de tí...

2 comentarios:

El chico desenfocado dijo...

Pequeña mía...Estoy muy orgulloso de ti.
Tenía pensado poner esta frase antes de acabar de leer el texto.
Rojo escarlata. Salado. Bueno, en definitiva.

Scarlett dijo...

Lo sabías...por supuesto...
La sangre estaba tan caliente dentro de mi cuerpo que no podía moverme y no podía hacer otra cosa que tirarme en la cama a mirar el techo y ver cómo el reloj arrastraba sus agujas hasta el infinito...Miré hacia un lado y...tenía compañía...