lunes, abril 09, 2012

Justicia poética

Por justicia poética nos hemos muerto de frío y hemos resucitado en forma de animales...
Tu voz toma forma de eco que corre tras de mí, con luces de asteroídes, vacías, cansadas, luchando por desaparecer.
Rompí el jarrón valioso de tu mueble bar y he llegado fuera de tiempo para arreglarlo... Nunca se me dieron bien pegar piezas sangrantes de objetos que no saben muy bien que y porqué existen...
Tú piensas que estás muy lejos de mi, en mi cabeza, fisicamente... Y lo único que hago es apartar recuerdos y pensamientos que me llevan a tu mundo. Para no caer de mi nube, para no recordar todo lo que hay y no quiero ver...

Quizá

Será que estoy cansada de forzar el destino para no decir adiós, será que me gusta tirarme de coches en marcha, demonios me envenenan y pierdo la razón. Por un momento el tiempo al lado de alguien se paró...

No sueño con sueños que no son míos, sueño con luces, vagones de trenes que no paran y van a velocidades vertiginosas. Sueño con poder mirarme alguna vez en otros ojos y saber que no me guardo un as en la manga.

Siento que estoy segura y por eso ando con paso firme entre las llamas, me pregunto hasta donde podría llegar...

Take

Como en mi propio funeral. Muerte por bala en el cerebro.

Las lagunas se van deshaciendo tras los recuerdos inventados, traspuestos, sonoros, los que huelen a color sepia.

Fué suficiente el camino entre mi mano helada y mis pies que corrían, y estando entre un mar congelado y un cuerpo caliente no me decido a derretirme por si me roban algo mientras duermo.

Mi vida como la de un corredor de apuestas que se va derrumbando como un castillo de naipes, nunca seré reina de corazones porque mi papel es verde, como el de la bruja del Oeste. Como mirarme en un espejo y no encontrar reflejo, como querer verte y no poder por miedo a no querer saltar.

Cierra los ojos, que la cuerda que ata tus pies se aprieta más fuerte cuando cierras los ojos y sin más te lanzas...

Monster

Eres como un monstruo de dos cabezas, das miedo, eres terriblemente feroz y poco delicado, te cuesta mucho decir la verdad. Me muerdes cuando tienes ocasión, hasta cuando te alimento... Eres mi monstruo y no puedo hacer nada contra eso. Vuelcas mi mundo humano y de repente sales como si yo te hubiera invitado a esta fiesta... Me arruinas las fiestas...
Aun así... Si te matara tendría que suicidarme...

Muerte de un autoestopista en un psiquiátrico

Olvidas las letras fundamentales de la historia.
Metáfora, soy sonámbula en este universo.
Echar de menos lo común y cercano es raro, hasta que deja de ser cercano y común, hasta que las ruinas del binomio caen sobre ti...
Eres paralelismo absoluto, lo que odio de mí. La parte interna y disimulada de mis remolinos, la niebla que causo tras estos faros de luz hambrienta y despierta...
Choque rotundo de mundos y tiempos descompasados, como bailar en una fiesta donde nadie quiere bailar contigo...

?

¿Cuántas sorpresas ininterrumpidas

y desordenadas podrían caberme dentro

de la cabeza y el pecho...?

Llena de puntos suspensivos, llena de dudas absurdas,

de abismos y avistamientos de tierra a lo lejos.

Tan loca como para creer en lo imposible y no rendirme nunca,

tan loca como para creerme los cuentos que de niña me contaban

antes de "dormir", sí, porque los cínicos es lo que tenemos,

que ponemos entrecomillado a todo y aun así aún creemos

que hay monstruos debajo de la cama, no nos damos cuenta de

que los monstruos están dentro de nosotros...

Antes de estallar...

Me fui a media voz, la otra media me la comí para no decir todo lo que quería decir, para no correr en la dirección correcta, quedarme hasta que todas las luces de la ciudad se hubieran apagado y así, a oscuras, por fin me hubiera atrevido a dar un paso... Antes de estallar... Antes de manchar todas las paredes de la ciudad con mi ironía...

El aire entrando en los pulmones, y los ojos entrecerrados cuando no te hace falta ver, y todas esas cosas que he perdido pero que no se irán nunca... Siempre fuí el "ya te llamaremos", el "ya habrá otro momento", "otro lugar". Nunca fui un presente perfecto, una apuesta segura, un 100%...

Hablar en singular, como si me hubiera convertido en un pasado imperfecto. Una espiral eterna de buenas intenciones que duelen y se enredan sin remedio.

A alguien se le olvidó inventar el botón del pánico en el pecho...