miércoles, julio 13, 2011

Mis armas de doble filo

Te dejaste olvidada mi alma en un papel arrugado en tu bolsillo derecho...

Llegaste a hacerme sentir los sentidos casi al 200%, me obligaste a correr más rápido de lo que mi corazón soportaba, mis letras te llegaban de formas abstractas y tú nunca entendías nada, y yo, con ganas de quitarme la ropa, con ganas de sumergirme en el frío hielo de tus manos, con ganas de ganarte la partida, de jugar a un juego que sabía que iba a perder... Y otra vez me quité el disfraz de hoguera, el deseo de que volvieran mis sueños a despertar...

Nadie nunca creyó tanto en mis actos, nadie, nadie siguió tan a ciegas mis locuras...

¿Cuánto sabes de amor?

Supongo que las palabras no son tan importantes como creí, pues me he quedado sin palabras, el arma de doble filo. Me voy tragando las palabras para dejar de ser yo misma, para no caer en trampas propias y arrepentimientos falsos...

Dicen que el amor puede con todo, dicen que solo el amor verdadero te querrá aunque tengas ojos de monstruo, hasta colmillos a veces. El amor, ese ser buscado y anhelado, pero, ¿tú cuánto sabes de amor?, ¿qué significa para tí? ¿qué demonios es el AMOR? No lo sé, debería ser algo fácil, algo que pasa sin razón y que ni siquiera sabes para qué sirve, pero que te hace tan feliz a veces que sientes que ya puedes morirte porque jamás podrás volver a ser tan feliz...

El amor y la felicidad... ¿van unidos? O por el contrario... ¿todo amor trae sufrimiento?

Amnesia

Aquella noche estaba tranquila, fumándose ese aire inexistente de verano. Insomnio como siempre.
Empezó a imaginar lugares en los que estar, ojos que mirar, palabras nuevas que escaparan de sus labios rojos, algunos labios que besar, algo que pudiera llenar su mundo, algo que fuera capaz de hacerle feliz... Algo muy lejos de aquí, tan lejos de ayer que ya ni existía...

- Por qué te pintas los labios para estar en casa?
- Te pregunto yo por qué te dibujas esa sonrisa en la cara para agradar a todo el mundo?

Es mala, no se explicaba de mejor manera su forma de echar a la gente de su lado. Mala. Tan mala que empezó a echar de menos, tanto que su mente empezó a olvidar voces. Ya no escuchaba ciertas canciones, dejó de vestirse como cuando estaban juntos y solo para resarcirse empezó a usar pijama.

- Duermes poco, tienes ojeras y aún tienes cojones para darme consejos...
- Has preguntado a caso si quiero ser como quieres que sea?

Adiós, siempre le costó poco...
Vivir guardando olores en una caja de cartón, así vivía, olvidandolo todo, olvidaba todo menos los olores...