miércoles, enero 29, 2014

Deja a la luna fuera de ésto...

Soy una afortunada, una visionaria tardía, una deudora de tiempo que piensa en un mañana mejor seguro. Mi mañana traerlo a un ahora, que no tiene el mejor decorado, pero en el que sigue mi corazón. Late, no se detiene, cada día más fuerte y rápido, un día se me saldrá por la boca...
Y no me importa, porque me he convertido en una viajera en el tiempo y he llegado a sitios que no recordaba, como si alguien hubiera puesto una venda en mis ojos y ahora fuera incapaz de recordar todo eso. Y vuelvo a bailar en bragas en una habitación que hace eco, a salir a la ventana y aullar a la luna cuando nadie me ve, mejor, que no me vean, así podrán escucharme mejor...
Y tú llevas un paraguas, pero no lo abres, confías en que si llueve te gustará mojarte, así vives, sin miedos, o quiza es algo que tampoco recuerdas... Empezaste a andar por el sendero de baldosas amarillas con la esperanza de que no faltara en tí un cerebro, un corazón y un valor que te hiciera persona pero quizá olvidaste algo por el camino...enhorabuena, llevas todo, puedes avanzar...
Espera...

¿Qué? ¿acaso te falta algo...?

13 de febrero

Les veo caminar por la calle, agarrados de la mano, parejas que no se miran pero que van unidas por la mano. 
El le dice algo al oído y ella se ríe como si fuera feliz... Yo siempre he mirado, casi siempre he sido espectadora en orgías de flores y manos entrelazadas, yo siempre pertenecí a olvidar nombres y no acordarme de donde estoy. Amores de noche, de esos que nunca te traen el desayuno, esos a los que quieres echar después de darte cuenta de que no te darán ni sí quiera un orgasmo... Sí, porque los otros amores son más difíciles, son frágiles y casi siempre acabo rompiendo lo frágil...
Siempre que apuesto todo al rojo acabo llenando la cama de sangre...

jueves, enero 16, 2014

Bahía Miedo

Me muerdo los labios para disecar las ganas, ganas tan húmedas y terribles como silenciosas. Se aguantan en la garganta como nudos marineros que abrazan piedras en una bahía.
Mi isla, la isla de tus miedos, el triángulo de las Bermudas, allá donde vamos solos a morir. Y acabas dándote cuenta a medida que crece tu barba que pasaste la vida tallando madera para hacerte un barco odiando la soledad...
Me declaro anclada. Anclada sin remedio a unos recuerdos inventados, pero siempre contigo. Surcando mares y cumpliendo sueños, siempre tan fácil. O siendo estatuas de fuego que nadan en el mar de nuestra cama, dentro de esa casa que no ha sido nuestra.
Estoy esperando la tormenta desde hace un tiempo, dejé aparcada la niebla en mi mente para no tener que decir adiós, adiós es tan grande que me pierdo y sólo los grandes nadadores surcan el mar del miedo y la esperanza. Lo último que salió de nuestra caja de Pandora...