jueves, febrero 28, 2013

482

Vivíamos a la sombra de las luces, detrás de los espejos que acallaban noches largas y despertares cansados...
Éramos, lo que se podría decir, un soneto de un poema inacabado, una película en blanco y negro, un funeral con coro y sin flores... 
Éramos el drama en direcciones opuestas. Todo iba bien si la pasión nos ganaba... Tú y yo jamás íbamos a ser personas reales. Una pareja de pájaros malheridos, que se atacan y se salvan mutuamente sin piedad...
Aun con todo, la infelicidad nos hacía felices. Dentro de una ciudad que habíamos inventado, donde los dos teníamos un gran papel que interpretar y un telón que no estábamos dispuestos a bajar.
Estuvimos bailando durante cuatrocientos ochenta y dos días... Nunca nos hizo falta tener una canción, yo cada noche caía en sus brazos, dormida... Me dormiste cada noche con el veneno dulce de tus labios...
Sabías a sal de mar, a mar implacable. Y como un mar bravo mecías mi cama hasta quedarte sin fuerzas... El invierno, vertido encima de mi cuerpo y mis noches me dejó sola hasta que te fuiste...
Ahogados, sin versos ni alma, sin nudo en la garganta, fuimos cayendo en un letargado sueño donde nos íbamos inventando los recuerdos...
Que dulces eran los despertares de nuestros recuerdos. Que eternos los
besos, que silenciosa la rabia... Que largos los recuerdos donde arrancabas mi ropa e ibas más allá de mis límites... más allá de los tuyos, pero nunca de los nuestros.
Cuatrocientos ochenta y dos días... No se trató de ser felices si no de salvar la vida...

Todo es mentira


Todo es mentira, desde que salgo de la cama hasta que vuelvo a meterme en ella.
Sigo el rumbo de unas agujas que deshacen mi tiempo diluyéndolo con mi pensamiento. Y tú, recordándome en cada esquina que no estarás para parar el reloj a las doce, que todos los recuerdos que no hemos tenido se perderán para no volver.
Mientras en otro lugar tú ríes con ella, en una cama pequeña donde no existe el espacio entre vuestros cuerpos, donde paras el reloj cada noche a las doce para que no se acabe el juego… Y yo bailo sola en una realidad donde ese día no te fuiste sin decir nada, donde recogemos juntos los pedazos del puzzle que no pude armar, porque a mi se me dan mal los puzzles, tanto como a ti decir adiós.
Y el silencio, la desaparición de palabras en tu boca, la necesidad de volar lejos, de sentarte en otro vagón de tren, de borrar lo que tal vez exista pero no en esta vida.
Todo es mentira, desde que sonrío hasta que cierro la puerta. Todo es mentira, desde que nos conocimos hasta hoy. Todo es mentira, nunca hemos dejado de fingir…
Todo es mentira…

Todas mis canciones hablan de ti


Debí darme cuenta cuando empezaste a usar mi cuerpo como la constante reiteración de tus errores. Saber y darse cuenta nunca fue lo mismo. Yo lo sabía, pero hasta ese instante no me di cuenta.
Cuando escriba el libro de mi vida dedicaré unas líneas a las yemas de tus dedos. Al fin y al cabo, si el tiempo es capaz de recordármelas en la piel, quien soy yo para no hacerles mención.
No me olvidaré de tus ojos volátiles y de la poca importancia que le dabas a esas manos inoportunas que no desaprovechaban la ocasión para robar cualquier cosa que yo me olvidaba al caminar a tu lado…
Olvidar, cada letra da tanto miedo como la muerte, y la espero a la vez como el moribundo espera la muerte en su lecho final.
Ahora puedo hacerlo, volverme invisible sin sentirme incómoda, volverme una frívola persona de ideas mundanas y políticamente correctas. Y a ti te gustará cada vez que nos veamos, porque te gusta verme interpretar y fingir que me crees…
Sólo había una palabra que tú y yo nunca usamos, porque los verbos sucios los manejábamos a la perfección, pero ciertas puertas nunca las abrimos, y la “verdad” nunca cruzo nuestras lenguas cuando uno contra el otro nos besábamos, uno contra el otro, y a ver quien podía mas. Éramos capaces de estudiar mil formas de alejarnos y de volver atrás, cuando veíamos la verdad asomar entre las sábanas siempre cogíamos el cuchillo y convertíamos la cama en una orgía de sangre… La verdad se desangraba, hasta que un día murió y dejó de intentar salirnos de la boca…

La golondrina y el hombre triste

Había una vez una alegre golondrina que cantaba día y noche extendiendo su belleza por donde iba. Un día un hombre solitario y triste decidió cambiar su rutinario camino para pasar por un parque por donde nunca había pasado. Allí vió a la golondrina y quedó prendado de ella. Cada día pasaba por el mismo camino y cada día lo hacía más feliz. Un día el señor decidió que tanta belleza debía ser suya para poder ser feliz para siempre y cazó al pajarillo y lo llevo a su casa metiéndolo en una jaula.
Los días pasaban y el hombre se desesperaba porque la golondrina ya no parecía alegre y no se la oía cantar.
Èl decidió pasado un tiempo soltar al ave pues ya no le hacía feliz con la belleza y felicidad que despendría cuando la conoció aquel dia en el parque y en cambio ahora parecía que la luz se le había apagado.
La golondrina salió volando por la ventana y el hombre quedó triste y vacío. Una tarde el hombre escuchó un canto que reconoció al instante, salió al balcón y allí estaba, bella como el primer día, la golondrina posada en su barandilla. 
A partir de esa tarde, la golondrina acudía cada atardecer y cantaba en el balcón del hombre hasta el anochecer.
Èl fue feliz y ella para siempre libre...

5678

Cuantas veces fue testigo ese tren de nuestras despedidas...?
Cuantas veces nublamos las tardes de verano hablando en otro idioma y viviendo en otros planetas...?
Seríamos a partir de aquel día impresdinciblemente prescindibles. 
Podríamos borrar los besos que dimos en cada esquina de esta ciudad llena de lobos, monstruos y fantasmas...
Siempre seremos felices cuando no estemos juntos, siempre seremos perfectos en la distancia, en la ignorancia... Estuvimos a punto de batir el record de distancias cortas, y bailamos un baile que no está aun inventado...
Tú y yo siempre seremos lobos con piel de cordero...

Cosas que nunca quisimos

Pasan. Las horas pasan. Los días, crueles nos roban el tiempo y nos dejan indefensos y débiles. 
Los mismos lugares, idénticos... Tan comunes y familiares que ahora se me hacen mas extraños que nunca.
Las hojas salpican las tardes y las calles vacias se llenan de individuos grises que se llevan nuestra infancia.
Señores con sombrero, señores que se toman licencias poéticas para destrozarnos la vida y la infancia...
Derechos pocos, memoria toda la imaginable...
Que me devuelvan mi inocencia...

Y sin embargo...


Intento olvidar las canciones que me robaste, las mejores se me quedan en las venas...
Estuve a punto de ser Miss Septiembre, a dos días me empezó a doler el estómago y hay que estar muy sana para aguantar los golpes en el estómago.
Casi a mitad del camino no recorrido me di la vuelta y empecé a recordar. La prisa, el miedo, la ilusión... Inmediatamente seguida del golpe contra el muro...
Podría jugar a los médicos, dejarme hecha jirones con tus cuchillos y volver a coserme con disculpas frágiles.
Y quizá no sería tan difícil huír si las casualidades no se posaran en mi nariz cada vez que empiezo a notar la aplastante realidad...
Maldigo todas las canciones, maldigo las palabras y los miedos.
Maldigo la dulzura y todas sus consecuencias...

1500 pensamientos


Que las letras nos imaginen cerca y que nunca olvidemos la almohada, porque sin almohada no habrá sueños.
Y así podré viajar lejos, donde la vida comience con un baile y termine con un "tengo sueño"...
El verano se vuelve más frío cuando va pasando agosto y se acerca el mes de la melancolía...
Y mientras la ciudad se queda dormida yo abriré los ojos para poder ver lo que los demás se pierden.
Que los sueños nos pillen con la almohada bajo el brazo y el corazón y la mente abiertos...

1990


Has llegado hasta aquí. Has viajado desde un lugar lejano, alejado de las realidades que la vida te mostraba. Y sin embargo... Estás aquí.
Y te miras, como si estudiaras una estatua de cristal que ha durado décadas intacta y de repente te das cuenta. Hay una grieta en la figura perfecta que veías.
Hasta ese momento la grieta nunca tuvo importancia, aquella herida fue imperceptible al ojo humano y a tu propio juicio.
Desde ahora, ese agujero se va a convertir en cárcel y ridícula obsesión. Y quizá llegue el día en el que dejas de pensar en ello un segundo hasta que, entre risas, alguien comenta la extrañeza de ese abismo que llevas al cuello...Y después todo será silencio, de ese que te deja sordo y solo...
Pasará el tiempo y te encontrarás en un cruce de peatones donde ningún coche parará para dejarte pasar. Y entonces verás que una bicicleta se detiene y te cede el paso y de repente descubres que el mundo a veces te cura los abismos de tu cuerpo con tan solo una sonrisa, tal vez desconocida...

En caso de emergencia


La bala dió certera, justo a la altura de mi ombligo, después de eso fui incapaz de pensar...
Las recámaras de alcohol en mis venas se han ido disipando, han dejado totalmente abandonado al verano y a mi de un impacto colateral...
Suelo darme cuenta de un error cuando lo veo, pero tambien suelo inmolarme cada vez que encuentro uno en mi camino.
Quizá me divierto...
Porque caminar es facil cuando vas sonámbula. Porque vivir la vida con retazos de ideas es fácil, lo jodido es vivirla entera, con las partes que recortamos en los sueños, sin censura, sin ahorros de energía y dolor... Aún así los sueños siempre podrán convertirse en pesadillas...
Seguir hacia delante y tirarme al agua o quedarme en la orilla y dejar que las víctimas que veo flotar en el mar consigan llegar solas a salvo...?