Esta mañana al salir del metro llovía, me caían las gotas en el cuello, han logrado quemarme...Esta mañana tenía en mi visión tu recuerdo, que me quemaba como las gotas de agua, como las lenguas de fuego que dejaste en mi vacío interior...
Hoy me ahogué, en un mar no resuelto y describí perfectamente tu anatomía a mi almohada, que me escucha atenta, que no resuelve problemas pero que me dejá llorarla hasta altas horas de la madrugada...Te prometí coraje y lo he tenido, te prometí que no lloraría pero crucé los dedos, ¿qué quieres? tenía miedo, miedo de cerrar los ojos y no recordarte, miedo de que tus mirada se disiparan en la lejanía de mi mente, temí por mi cordura, no tuve tiempo de escapar a tí y ahora lo único que recuerdo es que un día me besaste en la mejilla como nadie lo había hecho jamás. Hoy ya no lloraré, porque el temor que me quema, me moja a la vez, hoy ya no seré la caperucita roja a la que un día se comió el lobo, hoy seré, simplemente, lo que todos somos y nadie quiere ver...
1 comentario:
¿Y qué somos todos?
hay veces que por temor a muchos y a mí mismo, guardo lágrimas que se acumulan en el fondo del estómago y cuando tengo ganas de echarlas, ellas se hacen nudo dentro de mí.
Las lágrimas suelen traicioneras, al menos conmigo.
GATO NEGRO
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