Inmersión

Tocó el espejo y en sus dos grandes ojos marrones pudo ver que estaba sola, sola con ella misma, solos su reflejo y un cuerpo extraño que arrastraba hace algún tiempo ya.
Y miraba enrarecida su boca, su nariz, sus pómulos...Y se desnudó allí mismo, sin más presencia que la de la soledad, se quitó el vestido y la máscara que le arañaban tanto la piel.
Tenía dudas, tenía la cabeza tan transparente que se asustó al ver tanto signo de interrogación ahí dentro...
Abrió el grifo y pensó que ese agua tan cristalina que salía de allí quizá podría lavarle las heridas y la capa de pasado tan sucia que había bajo el vestido. Tenía tanto frío y tanto miedo que el agua temblaba mientras tocaba su cuerpo.
Se quedó sentada en la bañera viendo como el dolor se escapaba por el desagüe y volvió a mirarse en ese espejo sigiloso y calmado en el que estaba metida, pudo verse, como nunca lo había hecho, tenía la boca cerrada y el corazón abierto, tanto que se dejó entrar a ella misma, tanto, que la distancia que la acercaba a la soledad se volvió pequeña, diminuta y por fin se puedo ver grande, pudo ver la persona que en realidad era, por fin comprendió que tendría que verse todos los días en ese espejo cristalino y que lo que veía era lo más maravilloso que ella podría ver jamás...
Ya no era su propia enemiga, aprendió a quererse, aprendió a querer a los demás...