miércoles, febrero 15, 2006

E

Desperté aun de noche y mi pelo caía por un extremo de la cama, sentí en mi nuca una respiración aguda y caliente que me hizo temblar, me di la vuelta y allí estaba, mi ego dormía a mi lado y me respiraba por la noches, aquel día desperté antes de que se escondiera, fue la única vez que lo vi porque celebré con él una orgía de sangre y lo maté de golpe. Lo que no sabía es que volvería en forma de fantasma y daría aun más miedo que antes, no volví a verlo, pero se hacía sentir de nuevo. Me miraba al espejo y le decía:
-Te odio, lárgate de mi vida.

2 comentarios:

Gato negro dijo...

Esconderse del ego no lo hace desaparecer. Conocerse a uno mismo es parte del juego, y asumiendo que el miedo en coexistencial al hombre, intentar comprender a partir de ahí.
Cuán difícil es vivir sin saber quienes somos realmente.

GATO NEGRO

no_se_es dijo...

el ego nunca desaparecerá.. y es por eso por lo que no nos queda más remedio que convivir con él.. siempre aparece en los espejos, en los reflejos, en los atisbos de cualquier pensamiento,..
un abrazo razonable.