Aprendí a ser un animal nocturno, a reir cuando quería llorar, a salir de casa sin pensar en volver o no volver. Sin querer me hice de piedra, sin saber, empecé a morir, maté a mi alma de hambre.
Si pudiera parar el tiempo, sabotear el silencio, mandar en mí...
Yo no quiero querer y ser presa otra vez, pender de un hilo, pender de unas manos resbaladizas, no, eso ya no...
Caer, vover a caer, y levantarme en silencio como ayer, sin lágrimas...ya no hay lágrimas...
2 comentarios:
En ocasiones esa tensión, esa inestabilidad, esa tensión, esa adrenalina.. hace que merezca la pena pender de un hilo.
En ocasiones.
La mía aún no ha llegado.
TE LEO
VUELVO.
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