domingo, mayo 30, 2010

Tasted

Aquella noche de cielo eléctrico y cristales rotos no quise ser tierna, quise comerte y dejarte en pedazos, decirte mentiras solo para dolerte, poder destrozar nuestros sueños, poder volar a ras de tu suelo y sentir que volvía a tener el control de mi vida, poder sobre mí.
Y miré hacia atrás y entré en tu juego, porque pensaba que tú no jugarías, porque pensé que esos ojos dejarían de juzgarme, dejarían de llamarme puta cuando dejara de fingir...
Me quedé quieta, muy quieta, y ese dardo envenenado que lanzaste me acertó al pecho de lleno, esperé a que terminaras de jugar conmigo y duraste mucho más de lo que los dos podíamos soportar...
Solo cerré los ojos y quise llorar, solo quise, porque no pude, mis ojos no hubieran podido después de aquella noche, después de aquél silencio que duró solo esa noche... Porque no pudimos durar más...

Pure fictions edition

3 comentarios:

Λzuкα dijo...

Yo he tenido también esa sensación.

V dijo...

efímero y envenenado, eso es

Anónimo dijo...

Wow, me gusta mucho tu forma de expresarte, me gusta como escribís y como pensás.