El día que dejamos de respirar...

Juego a ser tú en esta habitación tan llena de aire y cierro las ventanas y los ojos y no puedo echarte más de menos, ahora que te siento tan lejos que espero abrir los ojos y encontrarte esperándome frente a mí...
Quito ladrillo a ladrillo esta pared que me hace respirar con dificultad y encuentro menos rabia en mis poros, cada día importan menos las cosas, rozan en una herida curada y encallada en mi cuerpo...Tengo tanta sed por todo que he dejado secos mis ojos.
Y jugando bajo esas sábanas me despiertas con un beso que vacía mis recuerdos pasados, mi vida de cuentos, mis cuentos para no dormir...
Te miro e intento cerrar las puertas de mis miedos y por fin dormiré sin motivos para tener pesadillas.
Nunca ha habído nadie que llenara mas mi mente, mi mundo como tú...
Tú, mi bala en el cerebro...

Remember me

Mientras muere el día se come el silencio tu lengua en mis labios y tus ganas de sentirte vivo parece que reviven contigo...

Cuentas hasta cinco hasta que decides abrir los ojos para mirarme por última vez mientras subo a ese tren con distancia de calor humano, siento que me voy a perder entre los numerosos sucesos que te rozarán la piel... Te veo correr detrás, tan rápido como corrí yo una vez cuando pensé que estar aquí era lo único que nos quedaba, cuando sentía que el tiempo no pasaba y las horas en mi cuello estaban rompiendo este corazón de cristal...
Y alguna vez pensamos que no había duda, que no existía nada más perfecto...
Y dejamos de ser para dejar de ser...

Pero no sé por qué (bueno, sí lo sé) sigo aquí, agarrada a tu mano, sintiéndola cada día más fuerte a la mía...