viernes, mayo 04, 2007

Nunca me he alargado hasta el infinito


( No, nunca me he alargado hasta el infinito. No conozco el infinito. Conozco los límites, las parálisis, las depreciaciones...El infinito, precisamente, no lo conozco.
Hagamos una cosa. Imagina que uno de los dos muriese mañana; o que uno de nosotros tuviera que hacer un viaje de años y años y sólo pudiésemos vernos después de mucho tiempo... o quizá no nos viéramos nunca más. ¿Cómo me amarías? )


El tiempo, me sobra, me lo bebo a sorbos largos mientras tú me dices que no hay tiempo que perder, y yo me sigo perdiendo en las palabras nunca dichas, me aferro a las luces fundidas de la habitación y la cama cada vez es más grande, tu cuerpo y el mío cada vez se dejan menos espacio entre uno y otro.
He querido empaparme en ti y nunca me lo has impedido. Desesperada, muerta de miedo, con tu sabor en la boca y con ganas de volver a verte. Otra vez me despierto, medio desnuda y con tu sudor volcado en mi pecho, pero sólo en sueños, porque esta noche no he podido abrazarte...
Soñé con el momento, ese momento en el que me hablas, me hablas tan callado que tus labios me dicen todo lo que siempre he esperado escuchar, te fundes en mí, y mis manos son ya tu espalda y no soy yo, ahora mi alma y la tuya han navegado juntas a través de los besos.
Yo quiero verte, situando los momentos después de un encuentro de ensueño, no puede suceder nada malo, ahora no, porque estoy a tu lado, y si te hablo, lo haré dulcemente, para no matar la preciosa aura de eternidad que nos envuelve en éste momento, quizá mañana ya no te tenga, o quizá tú no me tengas a mí. Qué me importará el tiempo ya...
Acabaré enferma de amor, porque mis venas tienen la sangre que me hace vivir por ti,tú...tan cansado que no puedes evitar cerrar los ojos para dormir un rato, pero a mi lado, que anoche yo no te tuve y ésta, ésta la pasaré entera tejiéndote sueños y comiéndome las pesadillas en tus labios para que no te rocen...